martes, 11 de diciembre de 2007

Ferreñafe, una visión histórica


FERREÑAFE: VISIÓN HISTÓRICA
Julio César Sevilla Exebio

Dicen que la fe es una, en Ferreñafe es doble, se adora a la Virgen “Santa Lucía”, patrona del pueblo y se teme al cerro “Chaparrí”, tutelar de la ciudad, guardando en su seno un pueblo donde no existe el hambre, todo es oro, aunque está encantado.

El origen de Ferreñafe es polémico, se está de acuerdo en la fecha el 13 de Diciembre; pero no si es reducción o fundación, en 1450 se creó una fundación española, fenómeno que no fue comprobado, siendo aceptado el de “Reducción Indígena”,(
[1]) establecida ésta en la ensenada del Chaparrí, y en 1540 trasladada a las tierras del Cacique Feliñofe; alrededor de este pueblo tenían sus tierras las parcialidades de “La Chanamé”, Cerquén, Losfac, SIensiec, Chiclef, Carpinteros, Yanaconas, Pescadores.

Este pueblo de indios se caracterizó por levantarse ante los abusos y el olvido, según decían “tenía por hábito ser tumultuoso”, el 18 de enero de 1960 don Francisco Falen y don Francisco Nicolás, indígenas alcaldes de primer y segundo voto son apresados por reclamar la devolución de las tierras a los indígenas. El 4 de Febrero de 1690 muere Franco Mateo, de 32 años, natural de la parcialidad de Chiclef, él construyó las torres de la Iglesia que hasta ahora están en pie.

En 1678 el “Niño” destruyó el canal Taymi, antigua propiedad del principal de Cinto llamado Taymeux; el cauce es abierto bajo la dirección del Sacerdote Bernabé de Alcocer y Valdivieso.

En mayo de 1720, las lluvias destruyen el Canal Tayme y el pueblo de Ferreñafe, es el Sacerdote Marcos Mateo Vítores de Velasco quien del peculio de la Iglesia paga la reparación del Taymi, invirtiéndose 272 peonadas.

En 1728, llueve de Febrero a Marzo, de manera ininterrumpida, se destruye el pueblo y el Canal Taymi, repararlo demandó 7,000 peonadas, demorando la rehabilitación 5 meses, para evitar la migración, el Sacerdote Marcos Mateo Vítores de Velasco, además de pagar la reparación del Taymi, donó al pueblo 55 bueyes, 200 fanegadas de maíz, concertó matrimonio con las indígenas de Mochumí dándole a cada pareja - víveres, tierras, un gallo, 12 gallinas; refundando la ciudad, agradeciéndole a don Marcos Mateo Vítores de Velasco el habernos mantenido en este lugar.

El 25 de Mayo de 1795 llega el cobrador de tributos Álvaro Cavero, 31 mestizos ferreñafanos deciden no pagar, ante la pobreza que embargaba el pueblo, siendo dirigidos por don Pedro Guevara, Francisco Coello y Piedra; José Anacleto; José Sotero; Francisco Gómez: Francisco García; Torrico Guevara, María Salazar, Isidora Alvarez; Gertrudis Castro; Simona Vilela, José Vílchez y su mujer, siendo vencidos y condenados al destierro; doña Isidora Alvarez, luego apoyó en Ferreñafe un levantamiento de negros.

El 19 de Julio de 1813, el común de Indios por intermedio de Eugenio Cuscus, Mauricio Repuc, Francisco Julca, solicitan la devolución de las tierras arrendadas a los españoles, llamando a los ferreñafanos, mixtos, españoles, africanos a construir un Frente para que culminen los abusos y que las leyes se cumplan, el mensaje indígena no fue comprendido.
El primero de Enero el Sacerdote don Mariano Bonifaz jura la Independencia, siendo su Juan de Dios Salazar el primer Teniente Gobernador.

En 1881 la bota del invasor chileno llega a nuestra tierra, un grupo de ferreñafanos se enroló en el ejército del Coronel Becerra, logrando voltear el vagón que venía con parte del ejército chileno, este hecho ocurrió por la acequia Soltín; luego los vencimos con el apoyo de Manuel Antonio Mesones Muro en la batalla de Cárcamo.

De 1874 a 1876 y de 1883 a 1888 es Alcalde don Nicanor Carmona Vílchez, quien transforma a Ferreñafe, dota de faroles de aceite a las calles; construye la Plaza de Armas poniendo 4 estatuas que representan las estaciones, trajo el reloj público que aún da la hora y mandó a construir la pila ornamental.

El 12 de Mayo de 1902 Manuel Antonio Mesones Muro sale de Ferreñafe para demostrar, que en el norte se encontraba el paso más bajo a la selva, el “abra de Porcuya" lo logra.

El 10 de Noviembre de 1910, el sacerdote Manuel Casimiro Chuman Velásquez. acompañado por Juan de Dios Lora y Cordero, Orestes Ferro, Artidoro Ugaz, Miguel Plaza, Matute y cerca de 100 campesinos se levantan enarbolando las banderas de agua y tierras.

Esta historia nos enseña que hemos sido un pueblo que no aceptó el abuso, el olvido, el abandono, el engaño, que se levantó ante la prepotencia, la dictadura.

Los ferreñafanos debemos de aprender del trabajo y sacrificio expresada en las figuras de los sacerdotes Bernabé de Alcocer y Marcos Mateo Vítores de Velasco y de colaboración pastoral de monseñor Francisco Gonzáles Burga.

Tenemos que asimilar del amor a la patria y la heroicidad de María Salazar, Isidora Alvarez, Gestrudis Castro, Simona Vilela.

Los ferreñafanos debemos recordar la dignidad e incondi-cionalidad al pueblo, de los indígenas Eugenio Cuscus. Mauricio Repuc, Francisco Julca.

Don Nicanor Carmona es ejemplo de trabajo y creatividad, don Manuel Antonio Mesones Muro es ejemplo de honestidad y protagonismo social; el sacerdote Manuel Casimiro Chumán Velásquez ejemplo de responsabilidad y democracia.

Carlos Camino Calderón, escritor limeño, decía que lo que caracteriza a Ferreñafe son sus guapas, las bell s mujeres el arroz carolino.


Hemos hablado de sus guapos.

La belleza de nuestra Santa Patrona se ha encarnado en nuestras mujeres que no solo son bellas y de gracioso andar, también son talentosas y bizarras, por muchos años las apodaron "corta huevo con carrizo".

Nuestra tierra ha sido bendecida por Dios, sus frutos tienen un sabor y aroma especial, el arroz es sabroso, los mangos de cáscara verde obligan a los jóvenes a casarse, los mameyes, huabas y pepinos tan dulces como los labios de las ferreñafanas.

Ferreñafe, es intelecto, están los poetas Huamán Rinza en Kañaris; los Sánchez, Bernilla y Cajo, cantores e intelectuales inkawasinos, Juan Cabrejos, Teodoro Ballona poeta y cantores Batangrandinos; Ferreñafe es poesía en “Manolando", Víctor H. Parraguez; es tierra de cumananeros como el "cholo" Casiano, de compositores como "Calabazo" Brenis, José Mena Tello, Enrique Maeda y Luis Abelardo Núñez.

No hay tierra como Ferreñafe,
no hay otra mejor,
tierra de Santa Lucia
y San Isidro Labrador
con "cholos" de buen "cogoyo"
y "cholitas" de ojos negros
que nunca pierden el paso.

Ferreñafe, es recurso turístico, con sus 180 fiestas religiosas, sobresaliendo, la Feria del Señor de la Justicia, Candelaria y Señor Cautivo de Ayabaca; Virgen de las Mercedes en Inkawasi, San Juan en Kañaris, es la danza “Divina Estrella", "Pastoras", "Pavitas", Danza de Inkawasi, Weren Kenque, Danza blanco de Andamarca, Lanchi Pinkullo, Kaswua.

Ferreñafe es Bosque de Poma, Puchaca y Laquipampa; son los recursos arqueológicos con las Ruinas de Sicán en el Bosque de Poma y los cientos de huacas, es el Museo Señor de Sicán, en este territorio se asentaron las culturas Sicán, que logró convertirse en modelo, Penachí en la Sierra, es ejemplo de resistencia ante los invasores.

Ferreñafe es turismo de aventura con las campiñas de Luzfaque y Huanabal, es el cerro "Tres Tornas", "7 vientos"; es el Camino del Inca en Batangrande; es el Camino del Inca que recorre Inkawasi y Kañaris; es una sierra mágica llena de encanto y misterio; es el Taki, fiesta de los campesinos inkawasinos en homenaje a la Virgen de las Mercedes.

Ferreñafe es sabrosa culinaria, donde reina la cusa y en esa corte no falta el frito, el espesado de carne de pecho, el misadito, el cabrito (en Batangrande) el arroz con pato, la carne seca, la carne al ajo, panquitas de life, asentada con chicha de maíz endulzada con algarrobina.

Tú Ferreñafe eres,
Tierra hermosa y secular
Con tu Taymi, tu Iglesia
Y tu gran cura Chumán.
LOS BANDOLEROS LAMBAYECANOS

Por: Julio César Sevilla Exebio.

El Bandolerismo es un fenómeno social que es propio de sociedades cuyas estructuras se desarrollan en el proceso de transición entre las relaciones de producción feuda­les y comerciales, este es un fenómeno que no es propio del Perú, ni de América, sino que acon­teció en España, Portugal, Francia, Italia; pero una de las características de América Latina y del Perú son los estereotipos de bandoleros que viven en me­dio de los bosques de algarrobos, acompañados de algunos de sus compañeros de aventuras, con el objeto de vengarse de sus enemigos, o dedicarse a sal­tear caminos quitándoles a los pasajeros todo lo que llevaban.

El bandolerismo es un fenómeno univer­sal, pero en su recorrido geográfico y social encon­tramos que es más que una protesta contra la opre­sión y la pobreza, es un grito de venganza contra el rico y el opresor, es el sueño de poner cotó a la arbitrariedad y al abuso, es una utopía de aquellos que no pueden acceder al poder en forma directa. El bandolerismo social existe en todas partes donde las sociedades son agrícolas (incluyendo las econo­mías pastorales) y están constituidas por campesi­nos y trabajadores sin tierras.

Los bandoleros norteños, lambayecanos, de principios del s. XVII, al s. XX, estuvieron configurados mayormente a los a las formas primitivas de rebelión social, convirtiéndose en la condensación de los valores y reivindicaciones de los campesinos, donde el poder estatal es débil o se está configurando, y la presencia de sectores sociales pue­de ser controlado por el Estado.
Los bandoleros estaban complicados con algunas autoridades, y estos los toleraban en el contexto de una sociedad que se desorganiza al cambiar su forma productiva, de la feudal a la mercantil, configurán­dose la inseguridad social como parte de la expresión social de las estructuras, lo que generará la cultura de la violencia; fenó­meno que es fortalecido, además, por la carencia de liderazgo social y de presencia real del Estado.

Los bandoleros vivían escondidos en la sierra o en los bos­ques de algarrobos, en espacios que sólo ellos y sus amigos co­nocían, tenían una red de amigos para ser encubiertos; el jefe se distingue por su arrojo y valentía, socialmente no difería de sus compañeros de aventuras; algunos llegaron a sembrar el terror en los pueblos y constantemente desafiaban a las fuerzas del or­den.

Apostados en algún lugar de los caminos asaltaban a cuan­to viajero encontraban en su camino, torturaban y mataban a quien se resistía o a quienes les negaban el dinero; los de la ban­da algunas veces se dedicaban a vender lo que robaban ó comer­cializar caballos o servían de guardaespaldas a diversos hacenda­dos, quienes les pagaban para que no les roben.

Camino Calderón manifestaba que después de una mala co­secha los campesinos lambayecanos o se dedicaban a coheteros o a bandoleros. Generalmente la pobreza, la cultura de la vio­lencia y el deseo de autojusticia estaban detrás de la configura­ción social de estos personajes; cuyas huestes se incrementaban ante los abusos de los hacendados, la falta de agua para irrigar sus campos o la necesidad de mejorar sus recursos económicos.

El bandolero social, Antenor Burga Arrunátegui.
Nacido en 1906, en la ciudad de Ferreñafe, fue apodado Mr. Ka-Ka desde que estudiaba en la escuelilla fiscal de su pueblo, posteriormente se educa algunos años en el Colegio Nacional de San José no logrando terminar porque sus padres comerciantes tienen problemas económicos: desde los 14 años se conoce sus acciones como bandolero, asaltaba a los "blancos" (terratenientes locales), como a los de pla­ta (campesinos ricos, comerciantes) para darles a los pobres, a quienes protegía.

Mr. Ka-Ka, al tomar conocimiento de las necesidades de los campesinos los socorría con medicinas, alimentos o dinero: general­mente no se presentaba, dejaba lo que necesitaban las personas, sabían que el autor de la donación era Mr. Ka-Ka, por ello le avisaban cuando los gendar­mes lo buscaban, lo encubrían o le daban alojamien­to. Antenor Burga actuaba solo, y recurría a sus ami­gos en casos determinados.

En Lambayeque se re­cuerda cómo los comerciantes y terratenientes le pagaban "cupos", así cómo compraban el ganado robado a otros terratenientes o a campesinos ricos. Era un experto ingresando a las casas, pese a la vi­gilancia, llegaba hasta el dormitorio y ahí solicitaba lo que necesitaba, las personas de dinero de aquel entonces le tenían mucho miedo y accedían a sus requerimientos. Burga consideraba que de este modo podía frenar la explotación, con estas acciones puni­tivas trataba de devolver a los campesinos lo que le habían "robado" los terratenientes.

En enero de 1938, Antenor Burga se encontraba en la esquina de las calles Unión y Tres Marías de Ferreñafe, iba a cobrar cupo a un campesino rico, encontrándose casualmente con un policía, quien no lo reconoce, pero Burga piensa lo contrario y lo hiere de un balazo; al escapar se encuentra con 4 poli­cías, produciéndose una balacera donde es herido; huyendo y refugiándose en Olmos: los mandos po­liciales comienzan a buscarlo, siendo delatado por unos campesinos, el escondite es rodeado por 15 policías, se produce el enfrentamiento y es herido de muerte, en la partida de defunción se consigna muerte por hemorragia causada por balas el 28 de marzo de 1938, moría de 32 años, a las 12 del día; el cadáver llega a Lambayeque y por la tarde es llevado a Ferreñafe, enterrado en el cementerio, casi todo Ferreñafe escoltó el cadáver.
Una versión dice que de Lambayeque a Ferreñafe el cuerpo llego en tren y una multitud los recibió y los condujo al cementerio,la otra manifiesta que el Sr. Bautista , quièn era dueño del ùnico camiòn que circulaba en Ferreñafe se encarga de traer el cadáver de Lambayeque a Ferreñafe.

No hay comentarios: